La importancia de la alimentación en la salud

Llevar una alimentación equilibrada es esencial para para nutrir y proporcionar energía a nuestro cuerpo, para que funcione de forma óptima y poder gozar así de un buen estado de salud, vivir más y mejor.

Desgraciadamente vivimos en una sociedad donde la comida rápida y ultraprocesada desplaza a los alimentos nutritivos, bien por el estilo de vida ajetreada que llevamos, donde se prioriza la comodidad antes que la salud. Las largas jornadas laborales, el estrés crónico, la falta de sueño, la falta de actividad física, los hábitos poco saludables, muchas veces interfieren en nuestros antojos y preferencias alimentarias, llevándonos a elegir alimentos reconfortantes e indulgentes (dulces, alimentos fritos y snacks nada saludables), como una vía de escape para encontrar placer instantáneo y aliviar de forma momentánea el malestar emocional.

Por otra parte la falta de educación nutricional y la falta de acceso a alimentos frescos y saludables pueden limitar aún más las opciones alimentarias de algunas personas, especialmente en comunidades de bajos ingresos o áreas rurales. Esto puede perpetuar aún más un ciclo de consumo de alimentos nada interesantes y contribuir a exacerbar las diferencias en la salud y el bienestar de diferentes personas.

Y si a eso le sumamos la publicidad y el marketing que hay detrás de la industria de los productos ultraprocesados con estrategias que están diseñadas para influir en nuestras decisiones de compra, utilizando técnicas persuasivas para asociar sus productos con emociones positivas, y mensajes que nos hacen creer que el producto es saludable cuando realmente es una auténtica porquería… tenemos como resultado la gran pandemia actual: la mala alimentación.

Se estima que 1 de cada 5 muertes está relacionada por una mala alimentación y unos malos hábitos de vida, en 2017 los factores de riesgo dietéticos, fueron responsables de 11 millones de muertes en todo el planeta.

Los factores dietéticos contribuyen a enfermedades como la diabetes mellitus tipo 2, hipertensión, obesidad, enfermedades cardiovasculares y cerebrovasculares, esteatohepatitis no alcohólica, inflamación sistémica crónica de bajo grado, cáncer, patologías digestivas y autoinmunes.

Llevar una alimentación equilibrada y adaptada, junto con unos hábitos de vida saludables, van a proporcionarnos un estado óptimo de salud, un correcto aporte de nutrientes es lo que va a garantizar que nuestro organismo funcione correctamente, va a fortalecer nuestro sistema inmunológico, va a evitar la inflamación crónica de bajo grado, va a promover la salud cardiovascular, digestiva y cerebral, y va a reducir el riesgo a desarrollar enfermedades crónicas.

Además, una alimentación equilibrada también va a favorecer nuestra salud mental y emocional, nos ayuda a tener más energía, vitalidad y a sentirnos más satisfechas con la vida.